Bioma amazónico en severa amenaza.
Por: Gonzalo Duque-Escobar*
Mientras año por año se
talan o queman alrededor de 300 mil kilómetros cuadrados de bosques en todo el
mundo, 158 mil son superficie de selva tropical. Y aunque las razones por las
que se destruyen estas selvas húmedas y cálidas son las mismas en cada lugar,
incluyendo Colombia, dichos ecosistemas al igual que la cultura de la población
que los habita, difieren entre sí por las especies animales y vegetales que
albergan, dependiendo de si crecen en América del Sur, África, Asia o
Australia.
Como referente, veamos
lo que pasa en el Amazonas, la mayor cuenca hidrográfica del planeta, una vasta
región atravesada por el río más importante del mundo en caudal y segundo en
longitud, que además de albergar 40.000 especies de plantas, 3.000 especies de
peces de agua dulce y más de 370 de reptiles, está habitada por 34 millones de
personas que dependen en gran medida de sus recursos y servicios ambientales.
En la Amazonía colombiana, la deforestación grave continúa en el Parque
Nacional Chiribiquete, con 6.000 hectáreas arrasadas desde 2018.
En dos años, la
deforestación en la Amazonía sudamericana se ha disparado: según el INPE de
Brasil, entre agosto de 2020 y julio de 2021 ya se habían destruidos 13.235
kilómetros cuadrados, cuantía de por sí preocupante si se compara con la del
período de agosto de 2019 a julio de 2020 que arrojó en total 11.088 km2 de
bosque tropical degradado. Aún más, en febrero de 2022, se exterminaron 199
kilómetros cuadrados de bosque, cifra superior a cualquier febrero, desde agosto
de 2015 cuando se hacen registros.
Y a nivel global, ocurre
lo mismo: según la plataforma internacional Global Forest Watch, los datos
satelitales muestran en 2020 la destrucción de 4,2 millones de hectáreas de
bosques primarios tropicales, con impactos cruciales para la biodiversidad del
planeta y el almacenamiento de carbono; dicha cuantía un 12 % superior a la de
2019, invita a intensificar y diversificar las estrategias para mitigar el
cambio climático, máxime si en 2020 los trópicos perdieron 12,2 millones de
hectáreas de cobertura forestal, incluyendo todo tipo de bosques y
plantaciones.
Pero si bien, las selvas
tropicales se están reduciendo en el planeta, porque las grandes empresas
estatales o privadas quieren ganar dinero con madera valiosa, o para sembrar
grandes plantaciones de palma aceitera, soya, banano o café, debe advertirse
que cuando se quema la selva tropical, aunque quedan las cenizas de los árboles
como fertilizante, dado que las plantas crecen mal en la selva devastada, las
áreas libres que primero se siembran, agotado el potencial de dicho
fertilizante, pasan a ser explotadas para ganadería.
Y así el principal
impulsor de dicho estrago siga siendo la agricultura, también el cambio
climático contribuye: las olas de calor y sequías que han alimentado incendios
devastadores en Australia, Siberia y las fronteras del Amazonas, actúan como
factores que se suman. Igualmente, por desconocer la importancia de las selvas
tropicales en el ciclo global del carbono, también se asola la selva tropical
para otros fines, como la explotación de recursos minerales para extraer
hierro, oro, petróleo o gas, y para la construcción de grandes represas
hidroenergéticas.
No olvidemos que la selva tropical amazónica, así sus suelos
sean muy pobres en comparación con la riqueza de vida que soporta, ya que la
mayor parte de los nutrientes se encuentra en los seres vivos y no en el suelo,
a pesar de estar considerada como el "pulmón verde" de la Tierra, sigue
teniendo una importancia central para la protección del clima. La creciente degradación en dicho bioma con sus ecosistemas,
reclama "una emergencia climática”, para detener una tragedia para la
biodiversidad y una catástrofe humanitaria, con implicaciones económicas.
Finalmente y como reflexión, considerando que el 40% del carbono se encuentra en las selvas tropicales y subtropicales (Brown y Lugo, 1982), con aproximadamente cuatro millones de hectáreas de selva tropical arrasadas en 2020, se emitieron 2,64 gigatoneladas de CO2 -equivalentes a las emisiones anuales de 570 millones de automóviles-, también la situación en la Amazonía podrá empeorar, si tras la pandemia los gobiernos de la región proceden a flexibilizar las normas ambientales bajo el presupuesto de facilitar la recuperación económica.
* Profesor de la Universidad Nacional de Colombia, http://godues.webs.com Manizales, mayo 23 de 2022. Imagen: Región amazónica (LINDSAY; SIMMON, 2006) y Hotspots de Deforestación del 2021 en la Amazonía (Maaproject.org).
Fuentes bibliográficas de consulta
• Amazonía
brasileña sufrió 103 mil incendios en 2020 y perdió superficie como la de
Jamaica. Bio Chile. 4 01 2021.
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Clima y ENSO. Duque-Escobar, Gonzalo. Documento U.N.-SMP. In: Día I de
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• Cierra Glasgow sin
resolver el reto climático. Duque Escobar, Gonzalo. U. N. de Colombia Sede
Manizales, 2022.
• Cuatro
indicadores claves del cambio climático batieron récords en 2021. DW,
CIENCIA Y ECOLOGÍA. 18.05.2022.
• Deforestación en la
Amazonía 2020 (FINAL). Conservación Amazónica. Finer M, Mamani N (2021)
• Deforestación
de la Amazonía brasileña, la peor en 15 años. Por David Biller. Associated Press. NOV. 18,
2021.
• El
corazón de Brasil - La lucha por la selva amazónica. DW. Lo más destacado.
Video. 23.02.2022.
• Hotspots de deforestación
en la amazonía 2021.
Conservación Amazónica. Finer M, Mamani N, Spore J (2022).
• La
deforestación en América Latina tiene más que todo una causa humana. DW.
CIENCIA Y ECOLOGÍA. 15.05.2022.
• La
deforestación hace saltar las alarmas en la Amazonia, ¿cómo podemos frenarla?.
2022 Iberdrola, S.A.
• La
superficie de selva se redujo a una razón de 10 canchas de fútbol por minuto en
2021. La Tercera. 30 de abril de 2022.
• Lucha
para preservar las selvas tropicales de Brasil. DW Noticias. Video. Fecha
15.09.2021.