Por:
Gonzalo Duque-Escobar*
Los 70 años
de la Plaza de Mercado de Manizales, lugar donde la administración avanza con
un plan parcial como parte del macroproyecto de Renovación Urbana de San José,
que hace uso de un instrumento del Plan de Ordenamiento Territorial de la
ciudad, ameritan una mirada al significado de dicho lugar en la perspectiva del
pasado, también a examinar la naturaleza y enfoque de los procesos del
presente, y por último a encontrar en el contexto el significado de los cambios
urbanísticos para su futuro, por tratarse de uno de los sectores más
representativos y al tiempo más olvidados y deteriorados de la ciudad, a pesar
de que, desde antaño como en cualquier lugar, la plaza de mercado ha sido el
destino primordial de los caminos rurales que alimentan la ciudad de productos
frescos del campo, cuya oferta al lado de bienes artesanales, saberes y haberes
culturales que alternan con ventas de baratijas y segundas, convocan y
confunden en medio del bullicio, los regateos y los olores, a campesinos y
habitantes urbanos de diferentes clases sociales.
Por lo
tanto, la Plaza de Mercado de Manizales, conocida como la “Galería” es el
fragmento de un territorio urbano en una ciudad intermedia que, tras siete
décadas expresando las contradicciones de la vida citadina, exige repensarse e
intervenirse para acceder a la modernidad: ya no puede seguir siendo el centro
de abastecimiento para esa sociedad industrial de ayer, pues debe prepararse
para sobrevivir manteniendo dicha función en medio de una sociedad cada vez más
exigente y competitiva, donde el Estado solidario le ha cedido
responsabilidades al mercado, y la economía se ha globalizado y deshumanizado.
Mientras las grandes superficies de mercado son a la galería lo que la
industria y agroindustria es ahora a los productores rurales y artesanales,
también los escenarios urbanos con sus propias dinámicas van redefiniendo sus
funciones para las actividades comerciales, de servicios, residenciales e
industriales, y cambiando conforme evoluciona la propia sociedad.
De toldos
y tenderetes a barracas y a pabellones
Como
referente urbano, la Galería, por cumplir un uso fundamental del suelo como
plaza de mercado a lo largo de la historia, presenta las características
relevantes y diferenciales propias de un activo del patrimonio cultural de la
ciudad que se inserta en el escenario con funciones comerciales vitales para su
desarrollo, acompañando sus dinámicas y mutando con sus cambios en todos los
tiempos: en los de Manizales cuando era la aldea de caminos de arriería, su
lugar natural fue la plaza principal que funcionaba en días festivos; y creado
el Departamento (1905) cuando Manizales contaba con unos 30 mil habitantes,
tras el crecimiento del comercio, consecuencia de la explosión de la economía
cafetera, hacia 1910 ese escenario separa funciones quedando las del comercio
para la Plaza Alfonso López, donde toldos y tenderetes se van transformando en
barracas, y estas en pabellones tras secar la cañada del lugar y adecuar el
terreno, para mutar hasta conformar unas galerías propias de una plaza de
mercado al llegar a contar con siete pabellones en dos manzanas, entre el
Colegio de la Presentación (1905) y los Agustinos (capilla en 1903 y templo en
1923). Pero pasada la mitad del siglo XX, cuando la ciudad superaba los 125 mil
habitantes, se diseña y construye la actual Plaza de Mercado, por José María
Gómez M., Alfonso Carvajal E. y Jorge Arango U., dotada de un magnífico
edificio emplazado en un novedoso trazo acorde con la época.
En cuanto al
proceso, cualquier transformación urbana de carácter fundamental, como el de la
comuna San José en atención a su carácter de proyecto de interés social, no
sólo debe estar mediada por mecanismos de planeación participativa y
concertación ciudadana, sino que también debe mostrar una acción profunda de
recuperación del tejido social y coherencia entre los problemas y soluciones
que plantea, tal cual se propuso en la formulación que hiciera la Universidad
Nacional para el proyecto primigenio (2008). De lo contrario el esfuerzo fiscal
y económico con las enormes posibilidades del proyecto, puede subyacer frente
al natural costo social y ambiental, consecuencia del traumatismo de las obras.
Esto para prevenir la exacerbación de un potencial conflicto en caso de darse
la frustración de las visiones, expectativas y sueños colectivos, por ser
asuntos susceptibles de enmendarse, a pesar de las falencias estructurales de
la gestión que parecen advertirse de los esfuerzos por socializar el proyecto
con quienes debieron ser actores responsables de su construcción.
Manizales:
sus zonas y funciones urbanas
Para
empezar, no podemos desconocer que cuando Manizales se funda el 12 de octubre
de 1849, lo que mueve a cerca de 400 familias de colonos que ya habitaban el
territorio, es la necesidad de una plaza de mercado que les permita
comercializar productos producidos en sus parcelas y requeridos para su
subsistencia. Desde entonces dicho escenario ha venido evolucionado, tal cual
lo advertimos en Manizales, al observar el histórico lugar cuyo singular trazo
delata la construcción urbanística de mediados del siglo XX, pero que ahora
para adecuarse a los cambios y desafíos del siglo XXI, requiere de un diálogo
con los actores sociales de la galería, donde gravitan pequeños comerciantes,
artesanos y productores rurales, centrado bajo el concepto de que el territorio
es una construcción social y por lo tanto que la galería como tal debe ser la
consecuencia de un proceso de ordenamiento incluyente, participativo y
concertado, que parta del presupuesto de que dicho escenario además de ser el
principal referente de la Comuna San José, ha servido a lo largo del tiempo
como articuladora del conjunto de zonas y funciones de los medios rurales y
urbanos de Manizales.
En efecto,
dichas funciones en Manizales se reparten así: primero, entre una zona
industrial que, además de estar mal ubicada en relación con los medios del
transporte regional ubicados al poniente, debe entrar al tema de la producción
limpia; segundo, la zona residencial cuya fracción más costosa se ha ubicado
sobre el paisaje de chimeneas del oriente de la ciudad, cuando los cánones
urbanísticos obligan a valorar su función por el carácter paisajístico;
tercero, la zona de servicios cuyo centro de gravedad es Palogrande, lugar que
debe velar por mejorar su nivel de equipamiento y prevenir su “artrosis”
funcional; y finalmente, la zona comercial donde entra la galería como parte
del centro histórico, y que es hoy un lugar amenazado por procesos de
lumpenización, lo que exige una acción socioambiental profunda, dado que en
ella se materializa el sentido y valor cultural e histórico de nuestra ciudad.
Un nicho
para el productor rural y el artesano
En virtud de
lo anterior, es evidente que la galería hace parte de los viejos inmuebles
donde algunos moradores vigilan el lugar y cuidan su territorio: es que las
zonas comerciales de los medios urbanos ya no son sitio para los grandes
almacenes y centros mayoristas de antaño, sino que deben ocuparse de servicios
culturales y nutrirse de espacios agradables, donde el productor rural y el
artesano realicen su trabajo, que no es justamente el resultado de la actividad
industrial. En efecto, mientras la industria se ocupa de bienes generados con
economías de escala y producción en serie cuyo destino es la gran superficie
comercial, la producción artesanal y rural de mayor impacto por su extensión
social, tiene como destino otros lugares como la galería y las tiendas de
barrio, pues en ellas prima el soporte de las cadenas productivas ligadas a
organizaciones de pequeños productores que hacen la oferta de bienes y
servicios con soporte cultural, y de haberes y saberes ancestrales, sin la
intromisión perjudicial de intermediarios.
Todo esto
supone avanzar en la defensa de la galería procurando la intervención del
Estado, para mejorar la calidad del hábitat, la organización de los pequeños
productores y comerciantes, implementar el banco de oportunidades para empresas
sociales, y sobre todo para la valoración, protección y recomposición del
tejido social, so pena de dejar en manos del mercado a los pequeños productores
rurales y artesanales, y a los pequeños negocios en que rematan sus cadenas
productivas, y con ellos a las comunidades más vulnerables. Es que el futuro de
la galería también depende de una economía rural cada vez más deprimida, donde
urge una reconversión agropecuaria orientada hacia la producción limpia con el
apoyo del Estado centrado en políticas de ciencia y tecnología, para que el
usuario de la ciudad encuentre diferencias estructurales entre esta oferta, y
la proveniente de empresas industriales y agroindustriales intensivas en
agroquímicos, pesticidas, fungicidas y abonos de base química.
¿Soluciones
creativas o sin contexto?
En 2017 tras
la instalación de 180 módulos de acero para reorganizar vendedores informales,
que han ocupado el perímetro de los pabellones con casetas de zinc, surge una
acción popular bajo el argumento de que además de desconocer derechos
colectivos fundamentales del comercio establecido en los pabellones, se estaría
legitimando la ilegalidad y casi escriturando el espacio público a los
invasores. Cabe anotar que El Centro Galerías Plaza de Mercado que tiene en
concesión las instalaciones desde 1995 hasta 2025, ha entregado en 20 años a
Infimanizales $2.270 millones por utilidades y regalías. Igualmente, sobre la
problemática de la invasión del espacio público de la ciudad, Manizales tiene
unos 2 mil vendedores informales establecidos en diferentes puntos críticos,
entre ellos la Plaza de Mercado donde la Secretaría de Medio Ambiente con la
intervención que está realizando busca una transformación completa e integral
del sector.
Si bien tras
siete décadas que imponen nuevos desafíos, la solución además de inconsulta, no
resuelve el problema de fondo, queda entonces en el aire la idea de que se
trataría de una remodelación que se emprende para saldar pasivos ambientales
del medio urbano sin contemplar integralmente el valor patrimonial del bien
histórico afectado, ni la necesaria separación de funciones mayoristas con una
central de abastos, minoristas con la galería, en un escenario carente de un
verdadero plan parcial a pesar de existir el macroproyecto de Renovación Urbana
de San José.
A
descongestionar y modernizar la Plaza de Mercado
Finalmente,
con relación al contexto en que debe darse la transformación del epicentro del
sector constituido por la Plaza de Mercado, no solo se debe reconocer el valor
urbanístico y funcional del lugar y potenciar la organización social, para
proyectarlo adecuadamente al futuro como principal referente de la comuna, sino
y sobre todo para que al lado de las tiendas de barrio y abundancias de la
ciudad, continúe siendo el eje articulador entre una función de abastecimiento
vital para el medio urbano y la función productiva más primordial del medio
rural de Manizales, sino también para que separe y especialice sus funciones
diferenciándolas de la otra oferta de bienes industriales adecuada para las
grandes superficies de mercado.
Además,
admitiendo que Manizales debe implementar su central de abastos en otro lugar
para descongestionar la plaza de mercado, y proceder a la necesaria
modernización del lugar, lo que exige dotarlo de equipamientos y espacios
públicos adecuados para mejorar las nuevas funciones misionales, adecuando su
rol histórico como elemento constitutivo del centro urbano, habrá que cuidar
con la renovación urbana la naturaleza y funciones complejas de las viviendas,
para no desnaturalizar las actividades vitales de los moradores del lugar,
privilegiando artesanos, pequeños comerciantes y oferentes de oficios menores
especializados, como actores esenciales de la economía urbana que se
complementa con la del campo en el citado lugar.
Fuentes
Bibliográficas.
Centro
Histórico de Manizales: Lineamientos Conceptuales de cara al POT.
El desarrollo urbano y económico de
Manizales.
La
renovación en la comuna San José: un paso atrás en el desarrollo urbano de
Manizales.
Planificación urbana de
infraestructuras de mercado en Manizales.
Plaza
de Mercado y Paisaje Cultural Cafetero
…
* Profesor
de la Universidad Nacional de Colombia y Miembro de la SMP de Manizales. http://godues.webs.com Publicado en “Quehacer
Cultural”. Manizales. Mayo 24 de 2021.