Aguacate en la tierra del café
Por: Gonzalo Duque-Escobar*
Esta nota para referirme a una problemática que al estar
afectando al Eje Cafetero exige políticas públicas y acciones ambientales, que
reglamenten los monocultivos de base química de esta Laurácea hidrófoga, donde
urge implementar plantaciones con modelos agroforestales que respeten rondas
hídricas y tengan control severo sobre su expansión y contaminación de aguas,
para prevenir ecocidios y conflictos con comunidades atrapadas en el medio transformado,
por violación de derechos bioculturales
Si en 15 años el aguacate Hass podría convertirse en un
producto clave de exportaciones para el país y de la ecorregión cafetera, ya
que, entre 60 países que lo comercializan, además de México, Perú, Chile y
República Dominicana, ahora entra Colombia cuyo porcentaje de participación en
el mercado mundial pasó del 1% en 2015 al 6% en el acumulado a octubre de 2020,
el tema resulta fundamental ya que el 86% del total del área sembrada se
localiza en siete departamentos, donde sobresalen Antioquia y los del Eje
Cafetero.
Si el óptimo para el aguacate varía en altitudes entre 800 y
2.500 msnm, y las precipitaciones sobre 1.200 mm anuales, en la ecorregión
cafetera las críticas al aguacate, pasan por la extensión inconveniente
de las aguacateras, la preocupante extranjerización de la propiedad y los
impactos de sus monocultivos de base química, factores que degradan el
ecosistema cafetero cuyo óptimo establecido entre 1.200 y 1.800 msnm está
comprometido, y los bosques de niebla en tierras protegidas por la Ley segunda
de 1959.
Además de la expansión de la frontera agrícola afectando el
bosque andino, se señala la contaminación hídrica por el excesivo uso de
agroquímicos en áreas aguacateras, porque amenazan, además de la declaratoria
del PCCC por la Unesco en 2011, la salud de los habitantes en zonas aledañas,
por el uso de plaguicidas, herbicidas y fertilizantes que alcanzan fuentes
hídricas con lixiviados portando fosfatos, nitratos y potasio, entre otras
sustancias.
Ahora cuando se cumplen 10 años de la declaratoria del
Paisaje Cultural Cafetero como patrimonio de la humanidad, al igual que los
monocultivos cafeteros, las aguacateras también atentan contra la agricultura
autárquica tradicional de base artesanal y la cultura campesina, por tratarse
de modelos de producción agroindustrial que desmantelan la cultura cafetera, lo
que se agrava al llevar el aguacate a cuencas abastecedoras de agua al
incorporar tierras altas protegidas.
En el Eje Cafetero, desde 2010 los productores de Caldas le
apuestan a la exportación de aguacate Hass y cítricos, alcanzando para el
segundo semestre de 2020 una producción de 10 mil toneladas de aguacate Hass
con 2.570 hectáreas en producción, mientras en Risaralda con 1.050 hectáreas en
producción y 4.600 sembradas son 27 mil toneladas, y en Quindío con 8.000
hectáreas cultivadas y 3000 en producción se registraron 18.548 toneladas
exportadas en 2020.
Ahora, a pesar de que el aguacate consume cuatro veces más
agua que los cítricos, con la amenaza del calentamiento global generando
mayores precipitaciones en la Ecorregión Cafetera de Colombia, el problema que
no estaría en los volúmenes de agua, lo estará por el incremento entre 1 y 1,5
°C de la temperatura causando migración de las zonas de vida en 170 m de
altitud por grado Celsius, y enfermedades fitosanitarias por la mayor humedad
relativa.
Sabemos que el árbol del aguacate, no tiene raíces muy
profundas, y que su producción en la región Andina de Colombia tiene lugar todo
el año, con una cosecha principal de octubre a marzo y otra secundaria de mayo
a septiembre, una ventaja comparativa sobre Perú, México y Chile, relacionada
con nuestro clima bimodal caracterizado por dos temporadas secas y dos húmedas
al año, a lo que se suma un rendimiento anual de 24 toneladas por hectárea, que
duplica el promedio mundial.
Y así existan zonas con exceso hídrico donde llueve más de 2.000
mm al año, en regiones del Eje Cafetero donde la precipitación anual sea
inferior a 1.600 mm, se requerirá riego tecnificado para mitigar el riesgo de
estrés hídrico, fenómeno que se acentúa en el verano durante las fases secas
del ENSO dada la alta probabilidad de sequías, una situación que ya conocemos
en los municipios cafeteros vecinos al corredor del Cauca, por la extensiva
deforestación de las cuencas.
* Profesor de la Universidad Nacional de Colombia Sede
Manizales http://godues.webs.com [Ref.: La Patria, Manizales 2021.07.26] Imagen: Aguacatera
con rondas hídricas preservadas (Redagricola.com), y Expansión de cultivos con
afectación del bosque andino (Eltiempo.com).
Referencias Bibliográficas
•
Con 43 mil kilos, el aguacate Hass colombiano marca
"gol de campo" en el Super Bowl 2021. ICA (2021).
•
Guía técnica ambiental para la producción de aguacate. Cristian
Nicolas Esguerra Yara y Daniela Guarín Cardona (2016). Universidad Distrital
Francisco José de Caldas.
•
Opciones agroforestales para productores de aguacate. G.
Montiel–Aguirre, L. Krishnamurthy, A. Vázquez–Alarcón y M. Uribe–Gómez (2008) Terra Latinoam vol.26 no.1 Chapingo.
• Paisaje Cultural Cafetero PCCC: disrupciones y derechos bioculturales. Gonzalo Duque-Escobar (2021). Sesión Plenaria de la Honorable Asamblea Departamental de Caldas.